Antes de empezar sus aventuras "florales", Luciana conoció a un muy buen príncipe el cual la llevaba lentamente danzando, pero nunca logró hacerla flotar. Sin embargo, Luciana lo hacía volar a él. Pero Luciana se cruzó con el príncipe Leonard y le volvió a entregar su don. Leonard se sentía orgulloso de que Luciana deje a su príncipe por él. Luciana sabía que esto no era sano, así que no intentó volar junto a él.
Fue a la plaza a relajarse y encontró al hermoso príncipe Edward. Éste la invitó a su castillo y ella aceptó.
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